Manolo Vidal tendrá que conformarse con quedarse en la
oposición. La fallida moción de censura mantiene en el gobierno a
nacionalistas y socialistas. Un día después del polémico pleno, Vidal
lamenta la actitud de Carmen Canet que, según dijo, rozó el
«despotismo», así como los insultos hacia el alcalde de Gandia, Arturo
Torró. Tampoco le hizo nada de gracia que el dirigente socialista José
Manuel Orengo «interrumpiera» varias veces la reunión de la mesa de
edad.
-El miércoles no prosperó la moción de censura que había presentado su grupo junto con Karina Vercher ¿Qué puede pasar ahora?
-El PP ya ha iniciado medidas legales. Hemos pedido que se
acate la decisión judicial que marcaba medidas cautelares para la
reincorporación de Vercher a EU e interpondremos una demanda contra la
socialista Carmen Canet por su actitud en el pleno. En pocos días
podremos volver a celebrar el pleno y votar la moción para dotar a
Tavernes de un gobierno estable.
-¿Podría explicar el porqué de interponer una demanda por lo penal contra Canet?
-La regidora socialista no estuvo acertada. Desautorizó el
pleno a sabiendas de que había un informe del secretario del
Ayuntamiento que verificaba la legalidad de la moción. Ella misma votó a
favor de incorporar a Vercher a EU y por lo tanto la moción presentaba
todos los requisitos legales. Aun así se opuso a que se votase en pleno.
Podemos estar ante un claro delito de prevaricación. La actitud de
Canet, desatendiendo el ordenamiento jurídico, puede derivar en ser la
primera concejala de Tavernes imputada por prevaricación.
-¿Cree que se aprovechó del privilegio que le aporta ser presidenta de la mesa?
-Creo que la edil socialista estuvo mal asesorada. El cargo
de presidenta de la mesa de edad no atiende a un partido político, es
una designación personal por ser la persona de más edad de la
Corporación. Ella no puede convertirse en juez y dictaminar por su
cuenta contra un informe técnico y unas medidas judiciales muy claras.
Canet buscó protagonismo y puede haber incurrido en una falta grave. Lo
lógico hubiera sido permitir el pleno y después acudir a la vía legal
que considerase.
-¿Cómo vio a Canet en el pleno?
-Rozaba el despotismo. Llamó la atención al grupo popular
simplemente por pasar unas notas en silencio a uno de sus concejales. No
permitió un trato equitativo con respecto a la componente más joven de
la mesa de dad. Canet habló hora y media y la componente más joven, unos
pocos minutos. Impidió cualquier réplica e incluso llegó a mirar
desafiante al personal de los medios de comunicación por estar haciendo
su trabajo. Fue una actitud poco propia de ella misma.
-¿Le sorprendió ver a tanto dirigente político en el pleno?
-Me alegró ver que la comarca se volcaba con Tavernes, lo
que no me alegró fue ver cómo los convocados por el bipartito increparon
a los dirigentes comarcales del PP cuando salieron del Consistorio. No
me alegró ver al señor Orengo interrumpir en varias ocasiones la reunión
previa al pleno que realizó la mesa de edad. Si esas interrupciones las
hubiera protagonizado un dirigente del PP se cargaría contra él, pero
el señor Orengo se paseó como Pedro por su casa por el Consistorio de
Tavernes. El talante radical de quienes se dicen progresistas quedó muy
patente. Le chillan al alcalde de Gandia, Arturo Torró, que está
arreglando los estropicios que dejó Orengo y, en cambio, permiten a este
que mueva los hilos de la política de Tavernes cuando puso en la
bancarrota a Gandia en las pasadas legislatura.
-El alcalde, Jordi Juan, consideró que el ejecutivo salía reforzado tras fracasar la moción. ¿Está de acuerdo?
-En absoluto. Creo que el señor Juan desvía la atención del
gran problema de ingobernabilidad en el que ha sumido a Tavernes.
Preside un gobierno en minoría, sin presupuestos, sin rumbo claro y con
un pasado lleno de polémicas. Han sido dos años de recortes, de nulas
inversiones, de una gran presión fiscal sobre los vecinos. Han sido dos
años de freno, y pese a lo que diga el señor Juan, la realidad es que
hoy el Ayuntamiento tiene una mayor deuda global que cuando acabó la
pasada legislatura.
-¿Cómo quedan ahora las relaciones entre gobierno y oposición?
-En el mismo punto que antes del pleno. Con un gobierno
débil e incapaz de atender las necesidades del municipio. Lo personal se
debe quedar a un lado y no mezclar la vida pública con la privada. La
justicia dirá. Nosotros vamos a seguir trabajando por dotar a Tavernes
de una estabilidad necesaria.